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domingo, 1 de diciembre de 2013

Quería ser monja


Tiempo atrás recibí una carta de una joven que las lágrimas en los ojos ha querido hacer una apremiante llamada…

Querido hermano en Cristo,
                                               le escribo para que mi testimonio pueda servir a todas aquellas jóvenes que se sienten llamadas a la vida religiosa. Tengo 20 años, y aun teniendo una joven edad, la he vivido muy intensamente, y si pudiera volver atrás reharía cada mínimo instante. Con solo doce años empecé casi por casualidad a frecuentar una congregación de estricta observancia, la cual me ha llevado a amar mucho a Cristo y su Iglesia. De pequeña pensaba que un día me daría a Cristo [...] junto a aquella que definía como mi verdadera casa, o sea, algún convento de mi amada congregación y es inútil decir que no habiendo obtenido jamás el permiso de mis padres de poder entrar en el convento, esperé con ansias el día en que cumplía 18 años y mientras todos se disponían a preparar mi cumpleaños, yo con gran secreto preparaba mi alma para donarme a mi amado esposo. Después de algunos meses de mi cumpleaños partí diciendo a mis padres que haría un retiro no como los demás y que antes o después regresaría, quizá un mes o dos... inicié mi camino bajo la guía de monjas santas, fieles a la orden religiosa y a la regla, personas que donarían su vida para permanecer fieles a su profesión. Tenía una alegría que me nacía de adentro y pensaba que nadie jamás me la podría quitar. Ciertamente las dificultades estarían, pero estas existen también en el amor entre dos creaturas. Pronto mis padres se dieron cuenta de que aquello era un retiro sin regreso y muy doloridos vinieron a buscarme y con los ojos llenos de lágrimas me suplicaron de regresar [...] Regresé a casa con la esperanza de que pronto volvería (al convento). Y fue así, después de algunas semanas regresé a la misma Congregación, pero de clausura estricta, hablo de las [...] que ustedes mencionan en vuestro blog. Jamás en mi vida había experimentado, y estoy convencida que jamás tendré una alegría tan grande. Aun estando detrás de aquellas rejas me sentía libre, difícil de creer, pero era así; para mí aquello era la antecámara del paraíso. Aun hoy daría todo por regresar.

Le escribo con lágrimas en los ojos y la muerte en el corazón, le ruego de advertir a quien sea, de no abandonar el camino de la consagración a Cristo porque, creame, se muere de verdad. Actualmente estoy de novia, vivo en una familia acomodada, estudio y no me falta nada... no obstante, le digo que me falta todo. Daría mi vida por regresar unos años atrás pero no es posible, y conciente de esto continuo a sobrevivir con la esperanza de volver a tener un mínimo de felicidad. Le ruego en nombre de Cristo y de la Virgen que haga lo imposible, pero advierta y ayude a aquellos que tienen la tentación de abandonar. Dígales que la felicidad está solo en el camino que Cristo ha elegido para nosotros. Gracias por su blog.


Querida hermana en Cristo,
                                             dame también del tu, (lo prefiero). Te agradezco por tu testimonio que creo podrá ser útil a las personas indecisas sobre el estado de vida a elegir. Pero en tu carta he notado un poco de desánimo. Querida, cada cristiano debe esperar en Dios, por lo tanto no tienes nada que temer, y en tu alma tienes quealbergar siempre la alegría espiritual. Por lo tanto, animo!!!! Si bien la situación pueda parecerte arruinada, tienes que esperar contra toda esperanza. 

¿Estas segura que ya no puedes abrazar la vida religiosa en las [...] o en otra buena Congregación? Y si quizá Dios quiere que tu seas una nuova Zelia Gerin (la mamá de Santa Teresita)? Como sea, no puedes vivir en la amargura el resto de tu vida, confíate a la Medianera de todas las gracias y verás que encontrarás una solución.

Si en el futuro que escribes nuevamente, espero con todo el corazón de sentirte con el ánimo alegre y llena de gozo espiritual. Me importa mucho la salvación de tu alma porque fuiste comprada por Cristo clavado en cruz a muy alto precio. Confia siempre en Jesús y María!

Te animo a cumplir la voluntad de Dios sobre ti, y te saludo fraternalmente in Corde Matris,

Cordialiter

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Adiós al mundo

Publico una carta que me escribió una joven, antes de ingresar en un monasterio de clausura de estricta observancia.

Querido hermano en Cristo,
                                               [...] he podido continuar rezando, meditando y reflexionando, y he elegido mi estado de vida, sin dudas, libremente y sin condicionamientos: vida religiosa de clausura, entre las [...], que he conocido gracias a tu blog.

Cuando me han recibido en la hospedería, me sentí enseguida en casa, sentí una grande paz ya desde el primer momento, cuando atravesaba el umbral del monasterio...antes de conocerlas personalmente sabía ya que ¡IBA PARA QUEDARME! La Madre es muy acogedora y comprensiva, me ha sabido entender y dirigir enseguida: dentro de poco tiempo entreró en su monasterio, ¡para comenzar el aspirantado!

Me parece un sueño...¡pero es realidad! No ha sido fácil vencer mis resistencias y las de quienes tenía a mi lado, pero con la ayuda de la Virgen se puede todo! Cada día he leido tu blog: cada artículo es verdaderamente edificante, consuela, da compañía, anima a ir adelante, hace sentir que lo que se vive, alegrías y sufrimientos de la vocación, lo viven también otras personas; que existen aun órdenes fervientes y de estricta observancia, y que hay todavía quien desea santificarse en una de estas... en resumen, no me he sentido sola! En verdad me han hecho reflexionar los consejos de S. Alfonso sobre el estado de vida a elegir: matrimonio o vida religiosa. Gracias por tus consejos, [...], CADA UNA DE ESTAS COSAS HA SIDO FUNDAMENTAL... como pequeñas piezas, que poco a poco iban formando un maravilloso mosaico y gracias por haber hablado en tu blog sobre [...], que no cocnocía y gracias por tu oración silenciosa, pero ferviente...que junto a la de las otras personas han obtenido de Dios que mi vida cambiara radicalmente, ¡me ha dado gracia y fuerza para aceptar la llamada de Dios!

Reza por mí y no te desanimes frente a la dificultad, tu trabajo es precioso, y Dios te pagará por cada sufrimiento y soledad que ahora pases! Dentro de poco y en el futuro, si Dios quiere, un alma más rezará en la clausura, por ti y pos los lectores del blog!

EN EL CORAZÓN INMACULADO DE MARIA Y EN EL CASTISIMO CORAZÓN DE SAN JOSÉ..

(Carta firmada)


Querida hermana en Cristo,
                                             ¡Estoy muy feliz de la espléndida noticia que me has dado! ¡Debes ser muy querida por Jesús por el magnífico don que te ha dado! ¿Te das cuenta? ¡Serás esposa del Divino Redentor en una de las mejores Ordenes religiosas presentes en Italia! ¡Que gracia! ¡Ah, si todas las jóvenes de tu edad pudieran comprender estas cosas, los monasterios de clausura de estricta observancia ¡serían invadidos de filas de kilómetros de personas!

¡Te animo a perseverar con todas tus fuerzas! El enemigo del género humano podría tentar de insinuar en tu mente que no has sido hecha para la clausura, sino para la vida activa. No le creas, es una típica trampa para hacer perder la vocación, como enseña S. Alfonso. De hecho el diablo busca sembrar dudas e incertidumbres, porque en lo turbio siempre se pesca algo. Por lo tanto si una persona entra en una congregación contemplativa, él insinua de pasar a una de vida activa, y viceversa. Algunas personas han caido en la trampa, han salido del monasterio y han llevado una pésima vida.

Cuando los mundanos sepan que has partido, dirán: “pobrecita, ha ido a encerrarse en un monasterio de clausura”. ¡Ellos no saben cuan grandes alegrías se experimentan viviendo en un monasterio!
En realidad el mundo no ha hecho jamás feliz a nadie, basta pensar en la vida triste y angustiada que tienen los poderosos de la tierra, los cuales, aun estando inmersos en las riquezas, no logran encontrar la paz del corazón. Solo Dios puede consolar nuestros corazones y hacernos felices. El Señor ha sido particularmente generoso contigo, llamándote a santificarte en un monasterio de clausura fervoroso y de estricta observancia. ¡Adios, queridísima hermana en Cristo! Esfuérzate mucho en la oración por la salvación eterna de las almas y en la búsqueda de la perfección cristiana para la mayor gloria de Dios!

¡Nos veremos en el Cielo!

Cordialiter

martes, 12 de noviembre de 2013

¿Monja o esposa?

Tiempo atrás me escribió una joven que salió de un monasterio, y ahora está indecisa de casarse o de intentar una nueva experiencia vocacional. Publico mi respuesta con la esperanza que pueda ser útil a otras personas.


Queridísima hermana en Cristo,
                                                     el hecho de que tu hayas sido enviada a casa cuando eras postulante, no significa en modo absoluto que no tengas vocación para la vida religiosa. San José de Cupertino fue literalmente hechado de un convento y así entró en otra Orden religiosa en la cual se hizo santo. Quien sabe, quizá no estabas llamada en aquella congregación, sino en otra, más adaptada a tus inclinaciones. No podemos ni siquiera excluir que Dios quiera que tu vocación sea la de formar una familia. También sobre este caso existe un precedente. Los padres de Santa Teresa de Lisieux en su juventud quisieron entrar en la vida religiosa, pero fueron enviados a sus casas. Después decidieron casarse y formar una familia verdaderamente cristiana, la cual vale la pena ser tenida como modelo.

Entonces, ¿Qué hacer? Este es un momento importantísimo de tu vida, es la hora crucial en la cual debes elegir el estado de vida, y de esta decisión podría depender tu suerte eterna. De mi parte buscaré darte algún simple consejo para ayudarte a comprender lo que Dios quiere de ti.

Antes que nada debes estar preparada para todo, como un valiente soldado, incluso de seguir aquello que Dios te hará comprender por medio de la oración y la meditación. Apenas comprendas cuál es tu vocación (religiosa o matrimonial) deberás obedecer a Dios con prontitud, exactamente como hacen los soldados.

Para poder abrazar la vida religiosa es necesario ser movidos por motivaciones espirituales como el deseo de vivir más unidos a Jesús, huir de los peligros del mundo, dedicarse al apostolado por la salvación de las almas, etc. Si tu sientes algunas de estas motivaciones, vale la pena profundizar la cuestión para comprender si tu vocación es verdadera o si sólo se trata de piadosos deseos.

Los motivos que inducen a enviar a casa los jóvenes entrados al convento para un discernimiento vocacional son, la falta de obediencia a las órdenes lícitas de los superiores (a aquellas ilícitas no sen está obligado a obedecer, por ejemplo, si dicha orden implicara un pecado), la falta de voluntad en corregir los propios defectos, la falta de amor por la oración y la penitencia, pero sobretodo la negligencia en vivir la castidad.Mi consejo es de pasar una semana en un monasterio de estricta observancia para pedir a Dios que te ilumine sobre el estado de vida a elegir. Debe ser un monasterio di estricta observancia, de otro modo, en uno relajado podría venirte el disgusto por la vida religiosa.

Si en cambio te sientes llamada para la vida matrimonial debes saber que es fácil encontrar mujeres arrepentidas por haber abrazado este estado de vida. Incluso entre las lectoras del blog hay algunas que si pudieran volver atrás entrarían en el convento. El matrimonio es una decisión delicada, porque si ha sido válido y ha sido consumado, no puede ser disuelto por nadie, ni siquiera el Papa. Por lo tanto es importante elegir la persona justa. ¿Cómo hacer? En el caso de que tengas esta vocación debes buscar un joven que tenga las cualidades morales del Beato Luis Martin (padre de Santa Teresa di Lisieux), o sea que debe ser un hombre verdaderamente cristiano, fidelísimo a todas las enseñanzas de la Iglesia, sobretodo aquellas sobre la sexualidad. Lamentamente es muy difícil encontrar un novio así, de hecho el gran problema es que muchos hombres se casan sólo por pura atracción física, y entre otras cosas, no son fieles a la propia mujer. Para que el matrimonio sea feliz es importantísimo "selecionar" con extrema diligencia el futuro esposo, de otro modo, pronto se pagarán las consecuencias a caro precio. El novio tiene que observar seriamente las enseñanzas de la Iglesia. ¿De qué sirve casarse con alguien rico, hermoso, si no tiene el santo temor de Dios?

El periodo de noviazgo sirve para conocer el carácter y los principios morales del futuro esposo. Si encuentras un novio que quiere abusar de tu cuerpo antes del matrimonio, déjalo enseguida! Es un claro signo que no te ama. El amor verdadero nace de Dios, pero si el partner quiere profanar tu cuerpo (que es templo del Spirito Santo), significa que para ti no tiene verdadero amor, sino una simple atracción física.

Te pido que me creas, solo viviendo castamente el periodo de noviazgo es posible certificar el amor mutuo. Del resto, la experiencia demuestra que personas que parecían enamoradísimas, se dejaron cuando cesó la atracción física. Alguno podría decir que estas son solo palabras hermosas, porque de hecho es raro encontrar una persona dispuesta a esperar el casamiento antes de consumar la unión. En efecto la sociedad se ha paganizado, y no es fácil encontrar católicos de "estricta observancia" con quien esposarse. Pero es necesario también "saber buscar"; por supuesto es muy difícil encontrar personas así en los estadios, discotecas, en las birrerías y los night club.

Veo que me he alargado mucho, y no quiere robarte mucho tiempo. Te repito el consejo de retirarte una semana en un monasterio para comprender aquellos que Dios quiere de tí. Si me dices la región en donde habitas, quizá puedo darte algunas direcciones de monasterios donde se vive santamente.

Te saludo cordialmente en Jesús y Maria, y quedo a tu disposición para ulteriores aclaraciones.

Cordialiter

lunes, 4 de noviembre de 2013

Dañarse eternamente

Muchas personas, aun habiendo recibido la gracia de la voación religiosa, prefieren permanecer en el mundo. Rechazar la vocación generalmente no constituye un pecado mortal, pero es cierto que se corre seriamente el riesgo de ir al infierno. ¿Porqué? La explicación la da San Alfonso Maria de Ligorio en su célebre escrito titulado “Avisos sobre la vocación religiosa”. Publico algunos extractos de este precioso escrito vocacional èon.

1. Cuánto importa seguir la vocación al estado religioso

Está fuera de duda que nuestra eterna salvación depende principalmente de la elección de estado. El Padre GRANADA decía que esta elección es "la rueda maestra de la vida". Y así como descompuesta la rueda maestra de un reloj queda todo el desconcertado, así también, respecto de nuestra salvación, si erramos en la elección de estado, "toda nuestra vida, dice SAN GREGORIO NACIANCENO, andará desarreglada y descompuesta".

Por consiguiente, si queremos salvarnos, menester es que, al tratar de elegir estado, sigamos las inspiraciones de Dios, porque solamente en aquel estado a que nos llama, recibiremos los necesarios auxilios para alcanzar la salvación eterna [...].

Fuerza es confesar que en esto de la vocación el mundo bien poco o nada entiende, y por esto muchos apenas se cuidan de abrazar aquel género de vida a que los llama el Señor; prefieren vivir en el estado que se han escogido, llevando por guía sus propios antojos, y así viven como viven, esto es: perdidamente, y a la postre se condenan.

Esto no obstante, de la elección de estado pende principalmente nuestra salvación eterna. A la vocación va unida la justificación, y de la justificación depende la glorificación, es decir: la eterna gloria; el que trastorne este orden y rompa esta cadena de salvación, se perderá. Trabajara mucho y se fatigará, pero en medio de sus fatigas y trabajos estará siempre oyendo aquella voz de SAN AGUSTÍN: “Corres bien, pero fuera de camino", es decir: fuera de la senda que el Señor te había trazado para llegar al término final de tu carrera [...].

Es que el llamamiento de Dios a vida más perfecta es una de las gracias mayores y más señaladas que puede conceder a un alma, por eso, con sobrada razón, se indigna contra el que las menosprecia.
Comenzará el castigo para el alma rebelde en este mundo, en el cual vivirá en perpetua turbación [...].

Muy difícilmente se salvará, quedando como queda un miembro fuera de su lugar, y con mucha dificultad podrá vivir bien [...].Célebre es el caso que refiere el P. LANCICIO. Estudiaba en el Colegio Romano un joven de claro talento. Al hacer los Santos Ejercicios, preguntó al confesor si era pecado no corresponder a la vocación religiosa. Respondióle el confesor que de suyo no era pecado mortal, porque el entrar en religión es de consejo y no de precepto; pero que de no seguir la voz de Dios se ponía en grave riesgo de condenarse eternamente, como aconteció a tantos otros que por esta causa se perdieron. El joven, con esta respuesta, se creyó dispensado de responder a la voz de Dios; se trasladó a la ciudad de Macerata a proseguir los estudios; poco a poco abandonó la oración y la comunión, acabando por entregarse a las más vergonzosas pasiones. Al salir una noche de la casa de una mujer infame, cayó herido de muerte por un rival suyo; a la noticia del caso acudieron algunos sacerdotes al lugar del suceso; ya era tarde: acababa de expirar a las puertas del colegio, queriendo dar a entender con esto el Señor que lo castigaba con muerte tan afrentosa por haber menospreciado su llamamiento.

È notabile anche la visione che ebbe un novizio, il quale (come riporta il p. Pinamonti nel suo trattato della vocazione vittoriosa) pensava di abbandonare la vita religiosa, Gesù Cristo gli apparve sdegnato in trono, che ordinava di cancellare il suo nome dal libro della vita; quindi egli, atterrito, perseverò nella vocazione. Admirable es también el caso que refiere el P. PINAMONTI en su obrita La Vocación triunfante. Meditaba un novicio los medios que debía emplear para abandonar la vocación, cuando se le apareció Jesucristo sentado en trono de majestad, el cual, con rostro airado y ademán severo, mandaba que borrasen del libro de la vida el nombre del novicio infiel. El joven, en presencia de Jesucristo, quedó aterrado y determinó perseverar en la religión.

¡Cuantos ejemplos parecidos a éstos se leen en los libros! ¡A cuántos desventurados jóvenes veremos condenados en el día del juicio por no haber obedecido al divino llamamiento![…]Por tanto, cuando el Señor llama un alma a estado de mayor perfección, si no quiere arriesgar su eterna salvación, debe obedecer, y obedecer sin demora.

[…] Las luces que el Señor nos comunica son pasajeras y no permanentes; por esto nos aconseja SANTO TOMÁS que respondamos sin tardanza a los divinos llamamientos. Se pregunta en la Suma Teológica si es laudable entrar en religión sin pedir consejo a muchos y sin deliberar largamente, y responde afirmativamente, dando por razón que en los negocios de bondad dudosa es necesario el consejo y la madura deliberación; mas no en esto de la vocación, que es a todas luces bueno, puesto que el mismo Jesucristo lo aconseja en el Evangelio, pues de todos es sabido que la vida religiosa es la práctica de los consejos que nos dio el divino Maestro.

Es cosa sorprendente ver cómo las gentes del siglo, cuando una persona trata de entrar en religión y llevar vida más perfecta y libre de los peligros que se corren en el mundo, dicen que tales resoluciones hay que tomarlas muy despacio y con calma, y que no se deben llevar a la práctica hasta quedar plenamente convencido de que la vocación viene de Dios, y no del demonio. ¿Por que no piensan y hablan de la misma manera cuando se trata de aceptar una dignidad, un obispado, por ejemplo, donde hay tanto peligro de perderse? Entonces se callan y no dicen que se deben tomar las debidas precauciones para cerciorarse si la vocación viene o no de parte de Dios. Los santos en este punto son de muy contrario parecer. […]Por esto dice SAN JUAN CRISÓSTOMO que cuando el demonio es impotente para hacer abandonar a uno la resolución de consagrarse a Dios, se esfuerza por estorbarle que la lleve luego a la práctica, seguro de sacar no poco provecho cuando consigue que se prolongue la estancia en el mundo un solo día y hasta una sola hora[16]; porque confía que durante ese día y esa hora se le han de presentar nuevas ocasiones harto propicias para lograr mas largas dilaciones, y el alma, por su parte, cada vez más débil y menos asistida de la gracia divina, cede al fin a los impulsos del demonio y abandona la vocación. ¿Quién podrá decir las almas que han sido infieles a los divinos llamamientos por no haber respondido luego a la VOZ de Dios?

[…] Oigamos lo que dice SAN FRANCISCO DE SALES en sus obras acerca de la vocación religiosa; todo ello servirá para corroborar lo que vamos diciendo y lo que adelante diremos. "Señal de verdadera y buena vocación es sentirse alentado a seguirla en la parte superior del alma, aunque no se experimente algún gusto sensible. Por tanto, no debe creerse que no tiene verdadera vocación el alma que, aun antes de abandonar el mundo, ha dejado de sentir aquellos afectos sensibles que al principio experimentaba, y que en cambio siente tanto disgusto y frialdad, que le hacen vacilar, dándolo todo por perdido. Basta que la voluntad permanezca firme y dispuesta a seguir el divino llamamiento, y aun menos: basta que sienta alguna inclinación hacia la vida religiosa. Para saber si Dios llama a uno a la religión, no hay que esperar a que el mismo Dios le hable, o le envíe un ángel del cielo que le declare su voluntad. Tampoco es menester someter nuestra vocación a un examen de diez doctores para saber si debemos o no seguirla; lo que si importa mucho es corresponder y cultivar el primer movimiento de la inspiración divina, y luego, no turbarse ni desalentarse por los disgustos y frialdad que sobrevengan; obrando así, Dios se encargará de que redunde todo en su mayor gloria.» [...]

§. 2. Medios para custodiar la propia vocación.

El que desea obedecer fielmente a la voz de Dios debe determinarse, no solo seguirla, sino a seguirla sin demora y cuanto antes, si no quiere exponerse a grave riesgo de perder la vocación. Y si por circunstancias especia­les se viere forzado a esperar, se esmerará por conservarla como la joya más preciosa que le hubieran confiado. Tres son los medios principales para custodiar la vocación: secreto, oración y recogimiento. [...]

lunes, 28 de octubre de 2013

Reconocer la vocación

Publico algunos extractos de una carta que he recibido tiempo atrás de una lectora del blog, la cual había decidido responder afirmativamente a la llamada de Jesús.

Queridísimo hermano en Cristo,
                                                 […]. Por 4 años he negado y rechazado todo signo de llamada religiosa [..] han sido años de intensa y profunda tribulación y sufrimiento interior. Si finalmente he decidido de obrar diversamente es solamente porque me he dado cuenta que mi indecisión sobre el estado de vida a abrazar debe terminar [...] a veces me pregunto el porqué de tanta predilección de parte del Señor no obstante mi indignidad!

Es en verdad difícil poner por escrito lo que se siente en el corazón en ciertas situaciones y yo te agradezco tu disponibilidad y paciencia. El haberte escrito y el escribirte me ayuda tanto, me da fuerza…. Te pido disculpas si he sido inoportuna y si te he hecho perder el tiempo precioso con mis mails insensatos. No quiero disturbarte más porque me doy cuenta que no escribo nada coherente…. Quiero solo decirte gracias y pedirte que reces por mí, nada más...

Un abrazo… continuaré leyendo el blog.

(Carta firmada)


Querida hermana en Cristo,
                                            no tienes que pedirme disculpas de nada y no debes preocuparte; para mí no es un fastidio el recibir cartas de parte de personas atraídas a la vida religiosa, es más, es verdaderamente una alegría responder y animar las almas a seguir a Jesús en alguna buena congregación. Por lo tanto si quieres escribirme, leeré y te responderé con mucho gusto tus cartas. Admiro mucho cada vocación, y por lo tanto la tuya. No quiero que ni una se pierda. Cada vocación es un tesoro no solo para quien la recibe, sino también para todo el resto de la Iglesia Católica que es el Cuerpo Místico de Cristo. Te confieso que no veo la hora que te vayas a un convento a hacer una experiencia vocacional. Sé que tu director espiritual es un sacerdote muy preparado, y si ha visto en ti los signos de vocación, hay que creerle.

Porqué entre tantas otras jóvenes, el Señor ha querido elegirte a Ti? Los decretos Divinos son insondables, pero lo cierto es que El no elige en base a los méritos, por lo tanto tu llamada es solo una obra de Su amor gratuito. En el convento será muy fácil para ti despreciar todas las vanidades de la tierra (riquezas, éxitos, moda, etc.) y vivir solo para amar a Dios y salvar las almas con la oración, la penitencia y el apostolado. Estos sufrimientos interiores que estás pasando son tu campo de batalla. La vida sobre esta tierra es una prueba, o sea que debemos probar a Dios que lo amamos de verdad con todo el corazón y sobre todas las cosas. El verdadero amor se demuestra en el saber sufrir por la persona amada. Tu, ahora, estás sufriendo mucho, pero es justo en este sufrimiento que estás demostrando que amas a Dios. Sin que te des cuenta, en cada instante de dolor estás diciendo que prefieres sufrir estos padecimientos interiores que rebelarte a la voluta del Señor que te está llamando a seguirlo en uno de las mejores Órdenes religiosas en Italia.

Tus sufrimientos son una verdadera cruz, pero escucha un poco lo que escribe al respecto Santa Gema Galgani: ...Después me dijo Jesús: «¿Sabes, hija mía, en qué manera me recreo en mandar las cruces a las almas que me son más queridas? Yo deseo poseer esas almas, pero enteramente, y por esto las rodeo de cruces, y las cierro en las tribulaciones para que no se escapen de mi mano; y por esto esparzo sus cosas de espinas para que no se afecten a ninguno, sino que prueben su alegría solo en Mí. Es el único camino para vencer el demonio y alcanzar la salvación: Hija mía, ¡Cuántos me habrían abandonado, si no los hubiera crucificado! La cruz es un don muy precioso y de él se aprenden muchas virtudes»

Tanto es lo que espero que toda pena me es querida” decía San Francisco de Asís. La misma cosa te digo para animarte a perseverar.

Te saludo fraternamente en Jesús y María,

Cordialiter

sábado, 12 de octubre de 2013

Ser monja de clausura

Publico algunos textos de una carta de una joven que es atraida por la vida religiosa y que quisiera ser monja...

Querido D.,
                    […] veo que has podido comprender muy bien los pensamientos e mi corazón. Efectivamente me siento atraida por la vida religiosa, pero no llego a comprender la congregación a la cual me llama el Señor. En un cierto sentido me gustan” […] pero mi aprecio por ellas, como ya te dije, se debe a su pobreza radical, el respeto por la Regla, el rigor en la vida religiosa y la preocupación por la Tradición. Elproblema es que a veces vienen lasdudas, me pregunta si basta solo esto para afirmar que el Señor me llama en esta congregación religiosa.

[…] Es un gran dolor ver que mucha gente, cuando entra en la Iglesia, va a rezar ante las estatuas de los santos y no dirige ni siquiera una mirada al Sagrario donde está realmente presente Jesús.

[…] Ultimamente estoy descubirnedo a San Alfonso y me admiro cada vez mas de ver como ha logrado unir la devoción mariana y la eucaristica.

Te agradezco por el precioso servicio que ofreces en tu blog.

En Jesús y María

(carta firmada)


Queridísima en Cristo,
                                      estoy muy contento de saber que te sientes atraida por la vida consagrada y que te gustaría ser religiosa. Cuando me dijiste en octubre que eras una joven de 25 años, temí que pudieras entregar tu corazón a alguna pobre creatura humana. Casarse es lícito, pero como enseña San Pablo, las mujeres casadas piensan principalmente como agradar a sus esposos. Nosotros sabemos en cambio que nuestro verdadero objetivo sobre esta tierra es salvar el alma y dar gloria a Dios Entrando en una buena congregación religiosa se tienen muchas posibiliddes de salvarse y de hacerse santos. Por este motivo ruego fervientemente al Redentor Divino para que te tome como su casta esposa.

¡Coraje, hay tanta necesidad de religiosas que busquen el bien de las almas y la mayor gloria de Dios! El enemigo del género humano hará de todo para que no elijas el estado de vida que Dios quiere para ti, pero debes resistir con ardor y combatir como un soldado valoroso. Espero que puedas pasar algunos días en el convento para poder elegir el estado de vida al cual Dios te llama. Para ser religiosa es necesario superar tantas dificultades, pero vale la pena. Per aspera ad astra!

Te saludo fraternalmente en Cordibus Jesu et Mariae,

Cordialiter

sábado, 28 de septiembre de 2013

"Carta" de una joven


Querido Hermano en Cristo Jesús, Paz y Bien:
                                                                      Soy una joven de 19 años de Argentina, que desde hace bastante tiempo he descubierto tu blog y hoy me he animado a escribirte un email.Quisiera comentarte cómo fue que llegué a conocer el blog: 
                                                                     
Desde hace casi dos años, mi vida se llenó de preguntas, necesitaba encontrar muchas respuestas que no tenía. En medio de eso, Dios comenzó a hacerse sentir en mi vida de manera especial, empecé a sentir algo particular que no sabía explicar, que me daba miedo pero a la vez me hacía sentir bien. Me sentí atraía por Jesús, y empecé a buscar, de manera especial en la Eucaristía, en los Sacramentos. Pero también en medios virtuales buscaba respuestas a lo que me pasaba. Fue así que me encontré con este blog que desde ese momento fue una ayuda para mí, ya que leí (y sigo leyendo tus publicaciones).
                                                                   
Desde comienzo de este año, estoy haciendo mi Discernimiento Vocacional, con Hermanas de una Congregación, en la que creo que Dios me llama, en los caminos que Él me marcó. Puedo decir que los Caminos del Señor no son siempre fáciles, personalmente  tuve que afrontar muchas dificultades día a día, pero a pesar de eso Dios me ha fortalecido - y lo sigue haciendo - con cada prueba que me toca vivir. He descubierto que Jesús es verdaderamente mi Camino, mi Verdad, y mi VIDA. Me doy cuenta que Cristo es mi Felicidad, y que cada día el deseo de ser Totalmente Suya, es cada vez más grande.
                                                                  
Quería compartir estas palabras contigo, agradeciendo el apoyo, el ánimo, las fuerzas que transmite tu blog, en este camino que he comenzado a recorrer y en el que Dios nunca me ha abandonado. Hoy, a pesar de las dificultades que se me siguen presentando, he decidido realizar una Experiencia en una de las Comunidades de las Hermanas, por lo que estoy anhelante y sumamente feliz, deseando hacer solamente la Voluntad de Dios, y poder decir cuando Él lo quiera, SÍ!
                                                                 
Te encomiendo en mis oraciones, por la misión que Nuestro Señor te ha encomendado. Y te pido oraciones por mí, para poder responder el llamado de Dios. Muchas Gracias! Te saludo en Cristo: Jor.
                                                                 
 ¡Alabado sea Jesucristo!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Ex monja de clausura

Entrevisté una joven experta en vida monástica, quien estuvo algunos años en un monasterio de clausura del cual tuvo que salir por motivos de salud. Para reservar su identidad, le di el pseudónimo de Gema, por su devoción a Santa Gema Galgani.

Querida Gema, antes que nada te agradezco por tu amistad desinteresada. Esta vez quiero hacerte algunas preguntas sobre el tema de “dudas de vocación”.

- Algunas personas después de haberse convertido se sienten atraidas por la vida religiosa sin embargo dudan si tienen vocación porque se sienten indignos a causa de los pecados de la vida pasada. Pero Dios puede llamar a la vida consagrada también a las almas que se han arrepentido de pecados mortales cometidos en su vida pasada?

- Partiendo de la base que no existe ninguna creatura en el mundo digna de recibir el don de la vocación religiosa, te digo que si aunque una persona hubiera cometido pecados mortales en su vida antes de su conversión, si verdaderamente cree en la misericordia de Dios, sabe bien que a traves de un sincero arrepentimiento con el proposito de no pecar más, puede recibir el perdón de los pecados por medio del Sacramento de la confesión. Lavado y purificado por la Sangre de Cristo se hace blanco como la nieve. Es una tentación y también una falta de humildad creer que no podamos recibir este don de parte de Dios. Es que el Creador no conoce bien el alma que ha creado? No se habrá equivocado, no? Es una hermosa presunción de parte nuestra creer de tener el justo criterio para juzgar las acciones de Dios. No olvidemos que Jesús, después de una entera noche transcurrida en oración, eligió doce hombres, que no podemos ciertamente decir que eran modelos de santidad o ejemplos de virtud! Creo que cuando se recibe un don se debe solo agradecer, y en el caso de la vocación, diré que no bastará la eternidad para agradecer. Es cierto que cuando se ha sido virtuoso es fácil dejarse amar, pero cuando se ha sido malo es verdaderamente humillante ser amado después de todo. Entonces, no mirar el pasado, es necesario hacer un gran acto de humildad y aceptar con fe este inmenso don que el Señor hace a quien quiere El, según sus criterios y no según los nuestros, gracias a Dios.

- Tu conoces bien la vida monástica. El diablo busca tentar a los religiosos con dudas de vocación? Porqué lo hace?

- El diablo, que busca siempre quitar la felicidad a los hijos de Dios, no soporta ver a una creatura gozar de la inmensa alegría de consagrarse al Señor, y hace todo por buscar alejar las creaturas de este propósito, insinuando en su mente y en el corazón tantas dudas de vocación. El sabe muy bien que las personas consagradas ofrecen toda su vida para quitarle almas, odia hasta tal punto a las monjas que las llama con desprecio “cabezas bendadas” ! Se inventaría cualquier cosa para buscar que abandonen la vida religiosa. Obra de un modo especial en los noviciados, porque sabe que la inexperiencia y la inseguridad de los primeros encuentros con la vida religiosa hace a la creatura más frágil, pero si están bien unidas al Señor, confían en su ayuda, por medio de la oración incesante, todas las dudas se disuelven y el alma puede seguir su camino sin confusión.

- Cuando una persona tiene dudas sobre la vocación, conviene confiarse al propio director espiritual o con la priora del monasterio si es una novicia?

- Una cosa muy importante es que apenas se presentan a la mente estas dudas de vocación, confiarlas al director espiritual que guía nuestra alma, o con los superiores, que en el caso de una monja de clausura puede ser la maestra de novicias si es novicia o la priora si ya es religiosa profesa, porque ellos deben discernir si nuestra vocación es verdadera o no. Es muy importante también, porque si es una tentación, con solo decirla es pronto desenmascarada. Recuerdo el hecho de que muchos santos, entre los cuales Santa Teresa del Niño Jesús, tuvieron hasta el día antes de la profesión, tentaciones terribles sobre la vocación, pero apenas la dijeron a quien las guiaba, desaparecieron! Lamentablemente, el enemigo, tienta hasta religioso con 50 años de vida consagrada, increible! Por eso es necesario ser siempre vigilantes porque él, jamás se toma vacaciones, ni siquiera va en pensión!

- Te agradezco las respuestas. Aprecio mucho tu amistad caritativa y fraterna.

- Querido hermano, espero de haber sido exaustiva. Deseo agradecerte por el gracioso apelativo llamándome “Gema”, me ha agradado mucho, ha sido un gesto de ternura de parte de un hermano espiritual que ha comprendido cuanto estoy sufriendo. Te saludo y te agradezco tu amistad. El Señor te bendiga.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Mi vocacion


Publico la carta que me envió una joven.

Hola cordialiter: 

Hace unos días, buscando respuestas en google, me tope con tu blog, es para mi hermoso ver que hay muchas personas que han recibido ese llamado, esa iniciativa de Dios, esa invitación a una relación más intima con el amado Jesús. Hace ya casi 2 años descubrí el plan de Dios para mi vida, preguntandole que quieres de mi?

La respuesta cambio mi vida para siempre, sentí el llamado, ese llamado tan fuerte que me hizo salir huyendo, como Jeremías, le hice batalla y el fue mas fuerte que yo... a cada duda una respuesta... el Señor después de tantas batallas y luchas, me sedujo como a tantos otro, me hizo querer su querer.... 

Claro que yo nunca imagine que Dios me había soñado para la vida religiosa, y por eso digo que la vocación es una iniciativa de Dios no del hombre, por lo menos en mi caso.

Hace uno meses le envie esta carta a la hermana encargada de las vocaciones, en la congregación donde sentí el llamado, deseo compartirla porque Dios inspiro en mi corazón estos deseos profundos, y para alentarnos mutuamente en este camino, al que Dios nos invito ...

Hola hermana:

Cuanto tiempo sin comunicarme, muchos meses...
Para ponerla al día en agosto termino mi licenciatura, y me piden como requisito 1 año de servicio social, para titularme... es la recta final de mi vida profesional...Aun así, no se hasta donde estoy haciendo lo correcto...sólo quiero terminar lo que inicie...mis Padres están felices.

Sigo pensando cada día en la vida religiosa, algunas veces con emoción, otras con incertidumbre, con seguridad, con dudas, queriendo evadirlo, con angustia...Tenía razón soy una persona indecisa, la inquietud y certeza surgió en semana santa del año pasado y sigo aquí...pero aún así, no dejo de pensar en ello...acostumbraba mucho a soÑar pero ya no quiero soñar, ya no puedo soñar, no quiero construir un mundo con mis propias manos, con mis propios ideales...

Estoy consiente de que tengo el derecho de decir un no al llamado vocacional, no estoy obligada a  dar un sí...Pero no quiero hacer aun lado la propuesta, no quiero decir que no...no quiero mis sueños, no necesito mis sueños, se que Dios sabe mejor que yo, como vivir la vida...se que lo que Dios tiene preparado para mí, es mejor de lo que yo puedo soñar, quiero sus sueños; quiero sus realidades...Anhelo ser coherente, dar testimonio vivo de Jesús...quiero morir a mi misma...quiero perderlo todo y encontralo todo entonces...no me interesa lo que me puedan ofrecer, no quiero una vida matrimonial, no quiero la solteria....he buscado respuestas en todos lados fuera de mí, pero mi corazón pide a gritos una respuesta afirmativa...un sí...

Me he sentido sola, pero Juan Pablo II, dice que no pensemos que estamos solos en esta decisión, que no seamos egoístas al tomar la decisión...la Eucaristía y la oración me mantiene de pie, me fortalecen... 

Madre entiendo lo difícil que es ser obendientes, pero que es la obediencia?, si a cambio encuentras la felicidad, la libertad y la vida eterna...que es el sufrimiento? si a cambio, se te ofrece un amor infinito, que son las lagrimas, si hay alguien que no se olvidaría nunca de enjuagarlas..qué es la soledad, si Dios te llama a estar con él siempre...qué es negarse a sí mismo, para encontrarse en realidad...que es morir? cuando la resurrección te hace una persona nueva...

Me preguntaron cual es la razón? porque quiero la  vida religiosa?...quiero con mi vida, remediar alguno de los males de este mundo..."mi pequeña gota en océano, pero si faltará esa gota,el océano no sería igual" y sólo Jesús puede decirme en donde le puedo servir más...y solo entiendo que el quiere que me consagre...Quiero la aventura de no ser dueño de ti mismo...ser como el agua que no sabe donde estará mañana, pero se deja llevar por una fuerza superior a ella, y así se convierte en fuente de vida...las mujeres somos portadoras de la vida, siendo así renuncio a concebir en mis entrañas, para ser fecunda en Cristo...

TE LO COMPARTO, Y ME ENCOMIENDO A SUS ORACIONES,

Y "CUANDO AVECES SIENTAS, NOSTALGIA Y OSCURIDAD PIENSA QUE ALGUIEN TIENE TU MISMO IDEAL"

El señor de amor y misericordia infinita, ilumine nuestras vidas...

Nuestra dulce madre, nos enseñe a dar un sí amoroso, a la voluntad de Dios

NO TENGAMOS MIEDO A DAR UN SI A CRISTO, UN SI A LA FELICIDAD DE HACER REALIDAD EN NUESTRAS VIDAS EL PROPÓSITO PARA EL CUAL DIOS NOS FORMO, NO TENGAMOS MIEDO AL HACER REALIDAD EL SUEÑO DE DIOS :)


ANIMO VOCACIONES, DIOS NOS INVITA A REMAR HONDO, EN LAS PROFUNDIDADES DE SU AMOR, NOS INVITA A LA TRASCENDENCIA, A ENCONTRAR SENTIDO A NUESTRAS VIDAS... A VIVIR VOLVER A ÉL, EN LA MORADA ETERNA...

UN SALUDO Y UN ABRAZO DESDE MÉXICO, LA TIERRA DE NUESTRA MADRE MARÍA SANTÍSIMA Y DE TODOS SUS HIJOS.

(Carta firmada)

viernes, 12 de julio de 2013

Vivir en un monasterio

He recibido una hermosa carta vocacional que quisiera hacerles leer.

Queridísimo hermano en Cristo,
                                                     soy una joven de 22 años, me llamo [...] por motivos de estudio vivo en [...], frecuento de hecho el tercer año de la facultad de enfermería... 
Hace algunos días conocí tu blog... Desde que era niña le dí mi corazón a Jesús deseosa de pertenecerle a El para siempre; siempre creí que un día entraría en alguna Orden religiosa pero no lo pensé mucho; mi pequeño voto personal hecho a Jesús y la vida que llevaba en la parroquia me bastaban, pero creciendo comencé a comprender que no podía ser siempre así y por esto comencé a rezar por mi vocación. Hace un año conocí un joven sacerdote [...] con quien ha nacido una hermosa amistad y gracias a él comencé a comprender mi vocación. El pasado mes de junio, después de tanta resistencia de mi parte ha logrado que participara de una Misa que él celebraba en un Monasterio de Monjas Carmelitas de [...]. Viéndolas a ellas, sentí claramente dentro de mi, que eso es lo que Jesús quería para mí, pero al inicio no podía aceptar ser llamada a este género de vida que hasta el momento ni siquiera conocía. Recién en septiembre pude hablar con este sacerdote de mi deseo de seguir a Jesús en un monasterio, pero él me aconsejó de terminar primero mis estudios y después decidir...

Durante estos nueve meses he sido cada vez más conciente de mi vocación, aunque permanece la duda de cuál pueda será la Orden conveniente para mí. Me han atraido mucho los Santos Carmelitas y esto me lleva a pensar que Jesús me está llamando al Carmelo. Estoy segura que en el momento decisivo de la elección será Jesús mismo a darme entender donde seguirlo, pero lo que más me tormenta es el hecho de que durante todo este tiempo no he podido hablar aun con mi familia. Se que su reacción será muy dura y esto me atemoriza. De qué modo les puedo comunicar mi decisión? Como deberé comportarme frente a su reacción? Yo no tengo un carácter muy fuerte y tengo miedo de ceder frente a este obstáculo, aunque se que deberé superar tantos obstáculos para llegar a donde Jesús me quiere. Conoces algún sacerdote en [...] que pueda guiarme en mi elección ayudar? Quisiera finalmente que me acompañes con tu oración. Un abrazo fraterno en Jesús y María!


Queridísima hermana en Cristo,               
                                                      te agradezco de corazón, he quedado muy edificado al leer tu hermosa carta vocacional. Graduarse en enfermería significa tener gran probabilidad de encontrar un honesto puesto de trabajo, pero para mí es verdaderamente de consuelo el saber que estas dispuesta a renunciar a todo para darte al Buen Jesús que es el fin último de tu vida. Has sido creada para conocer, amar y servir a Dios en esta tierra para después poderlo amar por toda la eternidad, después de la breve peregrinación en esta tierra. Es emocionante pensar que una joven como tu, encaminada a una segura carrera de trabajo haya podido escapar de los engaños del mundo y haya comprendido que lo que importa de verdad en esta tierra es amar y servir a El solo, mientras todo el resto es vanidad de vanidades. De qué sirve tener un buen sueldo, un hermoso auto o casa lujosa, si el corazón es infeliz porque no ha respondido a la vocación del Señor?

Enseña S. Alfonso Maria de Ligorio que si una persona tiene vocación no debe confiarla a los amigos ni a la familia, porque estos, en general suelen opornerse tenazmente. Por lo que respecta la elección del estado de vida no debemos obedecer a nuestros padres, por lo tanto si es necesario deberás escapar de casa para poder abrazar la vida religiosa como han hecho Santa Clara de Asís, Santa Teresa de Jesús, San Gerardo Maiella e tantos otros santos. Te aconsejo de continuar conservando en máxima reserva tu deseo de donarte a Dios, se lo dirás a tu familia solo poco tiempo antes de entrar al monasterio. Si se enojan, permanece en silencio y después, cuando llegue día fijado de iras a escondidas. Es necesario estar dispuestos a cualquier sacrificio para hacer la voluntad de Dios. En este tiempo, cuando regrese a tu casa, trata de hacer una vida retirada. Tus padres, al ver que rezas mucho, que ya no tienes conversaciones mundanas; que no usas maquillaje ni vestidos provocativos; que no miras programas televisivos que disipan, que no frecuentas amistades frívolas, comenzarán a comprender que eres una persona “distinta” de las demás, y estarán un poco más preparados cuando les hables de tu deseo de abandonar el mundo. Después de muchos meses, cuando llegue el momento justo, les podrías decir así: “Querida familia, les tengo que dar una hermosísima noticia.

Cada ser humano sobre esta tierra está en busca de su felicidad. Algunos piensan en encontrarla en las riquezas, otros en las discotecas, otros aun en el matrimonio. Despues de muchos meses de reflexión y algunos periodos de experiencia vocacional en un monasterio, he comprendido que mi felicidad está en vivir unida al Buen Jesús, por lo tanto he decidido abrazar la vida monástica...” Pero si piensas que tu familia enojarán y te maltratarán ciertamente, entonces no conviene decirles nada, sino dejarles una carta donde escriberás las cosas que te he sugerido antes , y después podrás irte a escondidas. Pero ahora la prioridad es otra, es necesario discernir si Jesús te desea en una Orden de vida contemplativa o de vida apostólica, después de lo cual será necesario comprender cuál Orden o Congregación a la cual eres llamada. El hecho de que eres una estudiante “fuera de serie” es una gran ventaja para ti, porque en estos meses que te separan de la graduación tienes la posibilidad de hacer breves experiencias vocacionales sin que ti familia se den cuenta. Si las religiosas de [...] te han atraido por su devoción, entonces puedes llamar o escribir a este Carmelo para pedir pasar algún día en su monasterio para meditar y reflexionar sobre tu vocación religiosa. Mejor para ti que has comprendido estas cosas, o sea, la importancia de cumplir la voluntda de Dios, aun a costa de encerrarte en un monasterio. Cualquier cosa con tal de vivir con Jesús! Pero ahora tienes que prepararte para el combate espiritual.

El siempre actual catecismo de San Pio X enseña que con la Confirmación has llegado a ser una perfecta cristiana y soldado de Jesucristo, o sea que el Espíritu Santo te da la fortaleza necesaria para superar cualquier dificultad espiritual. ¡Coraje! Esta vida es solo una prueba, debemos demostrar a Dios de amarlo verdaderamente y por amor suyo debemos estar dispuestos a superar cualquier prueba. Recuerda siempre lo que decía San Francisco: “¡Tanto es lo que espero, que toda pena me es querida!”

Permanezco a tu disposición para cualquier otra consulta y aprovecho la ocasión para animarte en tu hermoso propósito de consagración religiosa. Te saludo cordialmente en Cristo Rey y en María, Mediadora de todas las gracias.

Cordialiter

miércoles, 10 de julio de 2013

Conversión de una joven


Publico una carta que me escribió una joven.

Saludos, hermano en Cristo, ¡alabado sea Jesucristo!

Mi nombre es [...] y tengo 17 años, vivo en México. Me encanta leer tu blog y aunque temí y dudé mucho si debía o no escribirte me he decidido por fin a hacerlo para la mayor gloria de Dios. [...] Antes de ponerme a escribir le he pedido mucho al Señor y a María Santísima no escribir nada inapropiado y que el espíritu santo sea quien me inspire las palabras precisas. Bien, primero hablaré de mi conversión.

Yo, como san Agustín, era una grandísima pecadora, una blasfema. A los 14 años por la influencia de ciertos amigos y también a causa de lecturas obscenas (en aquellos tiempos yo me afanaba mucho en cumplir mi deseo que tenía desde los 8 años: ser una gran escritora, y por leer cuanto libro caía en mis manos terminé por pervertir mi corazón, leí no sólo filosofías extrañas y ateísmo sino también novelas inmorales, tantas ideologías corrompieron mi fe sencilla de niña). Pronto me declaré atea y mi frase favorita era “no hay Dios sino el hombre”, además alguien me dio un libro muy lujurioso que me hizo caer en pecados graves contra la pureza. Cambié muchísimo, antes de todo eso yo era una niña con una “fe normal”, una niña inocente y buena que sólo quería escribir. 

Pues bien, hoy agradezco a Dios que me preservó de caer en cosas aún peores. Seguí leyendo a los filósofos ateos y me decidí a estudiar un día filosofía y letras, escribía mucho, me hice adicta a las lecturas inmorales que antes me asustaban y daban asco, y hasta cometí actos impuros, me rebelé contra todo y en especial contra la religión. Sentía repugnancia y odio hacia la Iglesia Católica, y no creía en Dios en lo absoluto. No pisé la casa de Dios en mucho tiempo. Así transcurrió el tiempo, y me hundía cada vez más en la inmundicia y el pecado, me perdía cada día más en la oscuridad. Aclaro que desde que tengo memoria sentía en mi interior un pequeño vacío, una especie de hoyito en el corazón, algo sentía que me hacía falta, algo que debía descubrir; a veces en la soledad y el silencio me sentía con “nostalgia” pero no sabía de qué. Me sentía vacía. Pues con tantas miserias y por llevar una vida tan disipada, acabé por agrandar el hoyito en mi corazón y después de un tiempo y de que sucedieran en mi vida algunas desgracias, me sentía tan triste, vacía y miserable que apenas podía soportarlo (no sé cómo fue que no me suicidé). Por aquellos días un profesor de secundaria ya no regresó de las vacaciones, murió de repente y yo quedé muy impactada con la noticia. No era un profesor a quien yo quisiera mucho pero me había dado clase y me sentí triste por él. Me puse a pensar que yo vivía como si nunca fuera a morir y sin embargo un día mi vida terminaría y… ¿habría vivido sin sentido y sólo por instinto como un animal? No, sin duda no quería eso, yo vivía sin felicidad verdadera y de manera hedonista. Pero eso debía cambiar. No sabía cómo. Pero Dios tuvo misericordia de mí, a pesar de haberle ofendido tanto, y puso en mi camino a dos personas muy especiales. A los dos ya los conocía hace tiempo pero nunca había tenido amistad con ninguno. Eran mis compañeros de secundaria. Ellos me hablaron mucho de Dios pero yo los ignoré al principio, me invitaban de vez en cuando a los retiros de grupos juveniles. Si ellos me ayudaron a encontrar a Dios no fue tanto por sus palabras sino por su ejemplo. Discutíamos a veces sobre Dios y la religión. Pronto me enteré de que mis dos amigos querían irse al seminario y allí comenzó mi inquietud: me pregunté mucho ¿por qué? ¿Por qué los dos siendo tan jóvenes querían ir a “encerrarse” y a “perderse de tantas cosas”? ¿Qué tenía de atractivo el seminario y por qué iban a entregar sus vidas a algo que no existía según mi opinión?  Poco a poco me fui percatando de que al perder mi fe, había perdido también el sentido de mi vida. Por eso es que ya no soportaba vivir. Me di cuenta de que me estaba muriendo de sed y hambre a la mitad de un desierto. Pero Dios me envió su maná. Me envió a Cristo, su hijo. Me sentía tan devastada que no pude hacer más que llorar y echarme en los brazos de Dios, pedirle perdón y suplicarle su ayuda. Eso no fue en un momento específico sino que duró un tiempo, fue un proceso en el que sufrí mucho. De pronto caí en la cuenta de lo horrible de mis pecados, fue un arrepentimiento doloroso y verdadero, lloré bastante. No podía creer las aberraciones que había cometido. Tenía el corazón contrito. Leí un día el famoso poema “no me mueve mi Dios para quererte” y se puede decir que así reencontré el sentido de la fe (que como fin principal no está el de salvarse por miedo al infierno, sino AMAR A DIOS y comprender su amor por nosotros en el sacrificio en la cruz). Supe que en realidad siempre creí en Dios, yo sabía que en el fondo de mi corazón él estaba oculto pero era soberbia con mis conocimientos científicos y filosóficos. Como mi corazón estaba inquieto y ávido de tener a Dios, de que él fuera mi alimento, me puse a leer un poco sobre cosas espirituales. Rechacé todos mis libros obscenos y ateos que no he vuelto a leer y que pienso quemar pronto. Dios fue el único ser capaz de llenar mi corazón y de hacerme feliz. Mis amigos futuros seminaristas llevaban a veces a la escuela revistas católicas y me las prestaban, yo leía testimonios muy bonitos y veía fotografías de religiosas misioneras en África, lo cual me llamó poderosamente la atención. Nunca antes me habían atraído las monjas pero al verlas gastar sus vidas a favor de los más pobres y por amor a Jesucristo, sentí cierta atracción a ese estado de vida. Aunque así lo dejé porque yo no quería ser monja sino una gran escritora y filosofa. Conforme me daba cuenta de la grandeza de Dios, y conforme comprendía la fe, me sentía más indigna y arrepentida. Comencé a ir a misa y trataba de rezar. Un día uno de mis amigos (ahora seminarista) me dijo: oye, ¿no te gustaría ser monja? A lo que yo respondí algo molesta: claro que no, eso sería lo último que yo sería. No lo quise admitir pero con su propuesta me emocioné un poco, aunque no me comprendía: quería y no quería, ser religiosa me atraía pero a la vez más repugnaba. Yo tenía muchos prejuicios contra las monjas y la iglesia, era muy ignorante aún sobre religión. Pero Dios seguía insistiendo, por las noches yo rezaba y me parecía que el Señor me pedía que fuera sólo de él, yo luchaba interiormente con él y con mis sentimientos pues me negaba a renunciar a mi gran pasión de escribir. Un día platiqué con una maestra de mi secundaria (faltaban meses para acabar la secundaria) y me dijo que ella tenía una prima y una hermana religiosas. Yo me entusiasmé y ella que lo notó me dijo: te pondré en contacto con mi hermana. Dije a mi maestra: mi mamá no va a querer. No sé porqué lo dije, fue como un presentimiento que después se cumplió. Cuando vi que la maestra escribía un mensaje en su celular para su hermana me llené de espanto y me pasaron mil cosas por la mente: ¿qué le voy a decir a la religiosa? ¿Y ella que me dirá? Pero si yo antes era atea, soy una gran pecadora, no puedo ser digna de esto. Y por un momento de arrepentí y casi le dije a la maestra que no enviara el mensaje de texto. La monja (hermana de mi maestra) quedó de hablar conmigo en persona cuando viniera de vacaciones en diciembre al pueblo. Yo me sentí un tanto angustiada. En diciembre no pude conocer a la monja pero ella me mandó en su lugar a su prima, la madre María. Después de charlar con ella mi inquietud por la vida religiosa ya era como un aguijón difícil de sacar. Meses más tarde la madre vino a mi pueblo con sus novicias (la madre es hasta la fecha maestra de novicias) a organizar un retiro juvenil y me invitó. Yo quería y no quería ir. Cuando llegué no vi a las hermanas y sentí ganas de echarme a correr. Después de todo, ¿qué hacía yo ahí siendo tan pecadora? Pero apareció de pronto la madre y ya no pude huir. Me gustó mucho el retiro y me decidí a asistir al próximo pero ya no sola, invitaría  a mis amigos. Luego de unos meses me invitaron a otro retiro pero no ya juvenil ni en le parroquia, sino a un retiro vocacional en el convento. Acepté un poco temerosa pero también con grandísima alegría. Entonces enfermé de varicela un día antes del retiro y me quedé en casa llorando. Un mes después me invitaron a la previda religiosa y entonces sí pude ir. Fue una hermosa experiencia. Después de lo vivido, opté por seguir a Jesús de manera más radical  y me esforcé con todo para no volver a pecar contra la castidad con pensamientos, ni con lecturas y mucho menos con actos, y aunque las tentaciones eran fuertes al cabo de seis meses logré dejar todo tipo de lujuria. Me propuse ser casta y pura. Y Dios me dio su gracia para cumplirlo. Luego conocí a las monjas de clasusura e hice con ellas una experiencia. Me fascinó el claustro, no pensé que se pudiera ser tan feliz en un lugar como ese. Ahí sentí con más fuerza que nunca el llamado del Señor, ahí me convencí de ello. Platiqué a solas con una hermana, que me hizo algunas preguntas y me dijo: te he estado observando desde que llegaste y veo algo en ti, creo que tienes vocación religiosa, y la verdad me gustas mucho para Jesús. Yo pensé: ¡si supiera lo pecadora que fui! Le expresé que no me sentía digna de algo tan grande y le dije ¿usted cree que todos podemos ser dignos? Ella replicó: hija, humanamente nadie es digno de la vocación, pero a pesar de nuestras miserias Dios nos escoge y nos da su gracia. Mira, Jesús no quiere que seas de Juan, ni de Carlos, ni de Luis… Jesús quiere que seas sólo de él. Quise llorar, me sentí tan amada por Dios, tan feliz de su llamado, parecía que había sido el mismo Cristo y no la hermana quien me había hablado. A partir de entonces comencé a confesarme, a comulgar, a orar con frecuencia, a leer cosas edificantes, no faltaba a misa, y me sentía tan locamente enamorada de Jesús que ya no me importaba nada, ni siquiera mi gran pasión por escribir. Sólo lo quería a Él, a  Él buscaba siempre. Comencé a servirlo en algunos apostolados porque quería hacer algo por Él. Vi la película de Clara y Francisco y ardía en deseos de ser pobre, de no tener nada, de darlo todo, de vivir la castidad de manera más perfecta posible pues ahora me parecía hermosa. Leí la vida de santa Fasutina Kowalska que me anduvo persiguiendo hasta que le di el sí al Señor (por todos lados a donde iba me topaba con sus reliquias o con su foto) y luego leí Historia de un Alma, que me hizo crecer mucho espiritualmente y me transformó. A veces todavía tenía la tentación de creer que Dios no podía estar llamándome porque había sido atea y muy impura. Pero un día lo consulté con un sacerdote que me dijo que leyera la vida de san Agustín y que no temiera por mis errores del pasado pues “el Señor te quiere santa, y de las grandes” esto me consoló y cuando leí la vida de santa Teresa Benedicta de la Cruz me sentí muy identificada. Tuve varias experiencias místicas e hice una experiencia de semana santa con la primera congregación que conocí, luego de eso le dije a mis papás que me dieran su permiso para consagrarme a Dios… mi mamá lloró mucho y mi papá trató de convencerme de  que siendo laica también  podría servir a Dios. Un mes, y fui a la previda no sin dificultades. Por ser menor de edad y por no tener permiso de mis padres no pude ingresar en julio del año pasado a la congregación. Fue muy duro y lloré muchísimo. A veces aún lloró, me deprimí.

Hace no mucho que a través de una red social me comuniqué con un primo que vive en EUA y que tengo años de no ver. Me llevé una gran sorpresa cuando él me dijo que se iría a Italia a un seminario, me confió además que él era drogadicto y cómo Dios lo sanó y lo llamó para ser sacerdote. No podía creer que mi primo estuviera en una situación tan similar a la mía!!!

Ahora estoy en la noche oscura aprendiendo a sufrir por amor (lo cual me ha costado mucho) y con la certeza de que Dios me está purificando para después poder ingresar. He conocido varias congregaciones pero aun no me decido por alguna. Hoy trato de evangelizar a muchos de mis compañeros de preparatoria ya que la mayoría son ateos o católicos no practicantes. No ha sido fácil vivir la noche oscura pero los escritos de san Alfonso María de Ligorio sobre la vocación, y las vidas de muchos santos me han sacado adelante. Después de mis horrorosos pecados del pasado, hoy soy muy feliz al lado de mi Señor, a quien amo por encima de todo y a quien pienso entregar mi vida entera. Quisiera que todos los que son como era yo, lleguen a conocerlo y amarlo. Quiero seguir sufriendo por Jesús y quiero ser santa. Actualmente le pido que me de la gracia de compartir con él la cruz y que me muestre la congregación que él desea para mí. Quiero morir diciéndole que lo amo, y quiero amarlo hasta el extremo, hasta con la ultima fibra de mi ser.

Hermano, muchas gracias por tu blog y por leer esto, Dios te bendiga… Oro por ti.

miércoles, 26 de junio de 2013

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miércoles, 12 de junio de 2013

Las monjas son las mujeres más felices

El mundo piensa que las monjas de clausura son mujeres que viven una vida triste e infeliz. El mundo no comprende los asuntos espirituales, razón por la cual hace estos planteamientos erróneos.

Hace tiempo visité a las monjas de clausura de la rama contemplativa de las Servidoras (el Instituto 'Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará' - SSVM). Fue una experiencia asombrosa entrar en el oratorio y ver a las hermanas más allá de la reja. Eran casi todas jóvenes, y sus rostros irradiaban una gran alegría interior. Charlar con ellas fue muy interesante, y el tiempo se fue rápidamente volando. Estuvieron sumamente gentiles y afables. La caridad fraterna la practican habitualmente con la oración y la penitencia en favor de las ánimas. Este apostolado que llevan a cabo, aunque más “oculto”, es muy importante para la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo.

Estoy convencido de que la pertenencia de las hermanas a órdenes religiosas fervorosas y devotas les hacen ser las mujeres más felices de la tierra. Por desgracia, el mundo no puede llegar a comprender estas cosas...

martes, 28 de mayo de 2013

Vida espiritual

Me ha escrito una querida lectora que está sufriendo y tiene necesidad de ser alentada en la vida espiritual.

“Hola, tengo 38 años, me llamo [...] y estoy buscando alguien que me aconseje, que me dé algunas indicaciones: tantas veces he rechazado la Gracia a causa de mi frágil vocación, por motivos familiares y ¡¡¡¡¡ahora estoy confundida, inquieta y a veces me siento tan triste!!!!!

En estos momentos estoy escribiendo con el corazón lleno de tristeza y no se qué hacer, cómo comportarme, también porque estoy viviendo un periodo muy malo: no solamente siento tener poca fe, sino que mi familia y yo estamos viviendo momentos difíciles [...]. ¡Qué Dios nos conceda la gracia de superar todo esto!...

Por favor, espero con confianza una respuesta vuestra.


Queridísima hermana en Cristo,
                                                    en privado te envié una larga carta de consuelo para tu alma, porque me apena saber que tu corazón está lleno de tristeza. Cuando nos sentimos abatidos, la mejor cosa que podemos hacer es refugiarnos en las manos de Dios que puede confortarnos plenamente. Los santos, en medio de tantas tribulaciones de toda clase, encontraban consuelo abandonándose al amor misericordioso de la Santísima Trinidad.

Cuando te sientas triste y tengas necesidad de alguno con quien hablar de temas espirituales, no dejes de escribirme. No te preocupes, no es para mí una molestia, es más, es una alegría poder hablar de cosas devotas y virtuosas. San Francisco de Sales aconsejaba a los seglares de cultivar amistades espirituales, porque de este modo se animaban mutuamente en la práctica de la virtud cristiana. En los momentos de desconsuelo, debemos recordar que en este valle de lágrimas estamos sólo de paso y que pronto nuestra vida terminará. Y si habremos sido fieles al Buen Jesús, podremos finalmente vivir en el gozo por toda la eternidad. Decía San Francisco: "Tanto es lo que espero, que toda pena me es querida". Además si aceptamos con alegría o al menos con resignación los sufrimientos de cada día, podemos ofrecerlo a Dios por la conversión de las almas redimidas por la Sangre de Cristo. Coraje, no te desanimes, Jesús y María no te abandonarán jamás. Permanecemos unidos en la oración y si quieres, también por carta.

Aprovecho la ocasión para saludarte fraternalmente en Cristo Rey y María Corredentora del género humano.

Cordialiter

domingo, 12 de mayo de 2013

De “estrella” de cine a monja

La historia de las vocaciones son todas bellas, porque son todas historias de amor. Aun asi, algunas vocaciones suscitan estupor porque implican personajes famosos.

Dolores Hart era una joven ”star” de Hollywood, su belleza atraia multitudes a las billeterías de los cines; los directores estaban dispuestos a dar montañas de dinero por hacerla actuar en sus propias películas. Exitos, joyas, placeres, pasatiempos, diversiones... tenía prácticamente todo lo que podían desear los mundanos.

Vanitas vanitatum, vanidad de vanidades, todo es vanidad, menos amar a Dios y servirlo a El solo. Los bienes del mundo no pueden saciar el corazón humano, que ha sido creado solo para amar a Dios y está inquieto hasta que no descanse en El. La Virgen, que es mediadora de todas las gracias, velaba sobre Dolores, y el Divino Redentor la queria como su casta esposa.

La joven y rubia actrís representó la parte de Santa Clara en un film sobre San Francisco de Asis (las dos fotos del post están sacadas de esta película) y tuvo ocasión de encontrar el Sumo Pontífice. Poco después comprendió que Jesús la llamaba a vivir en la clasura del monasterio de la Abadía "Regina Laudis" en Connecticut (Estados Unidos). Entre el estupor y el clamor de los mass media y de la opinión pública internacional, dejó todo y tomó el hábito de religiosa benedictina. En el silencio y en el recogimiento de la clausura, finalmente se sentía verdaderamente felíz.

viernes, 26 de abril de 2013

Religiosas marianas

Además de los tradicionales votos de pobreza, castidad y obediencia, las Servidoras profesan un cuarto voto de esclavitud mariana según la espiritualidad de San Luís María Grignon de Monfort, el gran apóstol de la devoción a la Virgen.

En virtud de este voto, las Servidoras ya no se pertenecen a sí mismas, sino que se convierten en “propiedad privada” de la Reina del Cielo, la cual puede disponer de sus “esclavas” según su voluntad, haciendo escuchar su voz por medio de la obediencia a los superiores. Mediante este voto, las Servidoras ofrecen todos sus bienes y se ofrecen ellas mismas a María y, a través de Ella, a Jesús. Es decir, ofrecen a Jesús por medio de María su cuerpo, su alma, sus bienes exteriores, sus buenas obras, pasadas presentes y futuras, con todo su valor satisfactorio y meritorio, para que Ella disponga de todo según su beneplácito. El fruto de esta consagración a la Virgen es “marianizar” enteramente la propia vida, haciéndolo todo a través de María, con María, en María y por María, para servir mejor a Jesucristo.

El fin último del hombre solamente es Dios, pero mediante la Virgen resulta más fácil llegar a Él. Por eso, si queremos acercar el mayor número posible de almas a Dios, debemos difundir al máximo la devoción a la Reina del Cielo. Ella es la Corredentora del género humano y la Mediatora de todas las gracias que el Señor nos concede, por lo tanto aciertan las Servidoras a donarse completamente a Ella con el voto de esclavitud mariana. No hay que temer ningún miedo. En el fondo, se trata de una esclavitud de amor, puesto que la Virgen no es una tirana, sino la más tierna y amorosa de todas las madres.