Transcribo la carta de una lectora del blog vocacional en italiano a la que he aconsejado participar a los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
Soy una mujer joven, me llamo (...), desde niña me fascinaba la imagen de Jesús. Habitualmente frecuentaba la iglesia acompañando a mi abuela. Era una niña muy vivaz, recuerdo que cuando iba a Misa me quedaba como encantada ante el Crucifijo, lo miraba fijamente durante todo el tiempo que podía quedarme (...). Actualmente trabajo en la sala de quirófano del policlínico de (...). No voy a Misa habitualmente. Desde la última vez que me he confesado han pasado varios meses. Tenía urgencia de abrir mi corazón. Siento que tengo necesidad de ayuda y no se cómo hacer. Me conmueve y enternece la Misericordia de Dios, siento la gracia y el consuelo. Me toca y preocupa mucho el cuidado de los más necesitados, viendo en ellos a Jesús. Mi conflicto interior es grande. Pero ¿por dónde empezar? Me interrogo continuamente. Pido a Jesús que me indique el camino y que me sostenga. Pero después temo que sea solamente una ilusión mía y me deprimo. Cuando estoy a la escucha, con Jesús, mi corazón exalta de alegría. Pero me siento indigna. Soberbia. Me pierdo dentro de mi misma. Tengo necesidad de un camino de fe y de un padre espiritual.
(Carta firmada)
Querida hermana en Cristo,
te agradezco que me hayas escrito. Antes que nada debo decirte que tengo mucha esperanza en que tu futuro estará lleno de alegría. ¿Sabes por qué? En tu carta se ve claramente que tienes tanta nostalgia de Jesús, y visto que sientes el deseo de volver a Él, conduciendo una vida más fervorosa, esto me da confianza sobre tu futuro. San Agustín, en su juventud, condujo una vida desordenada, pero después entendió que hemos sido creados para amar a Dios, y nuestro corazón está inquieto hasta que no repose en Él. Las culpas que hayas cometido no deben atemorizarte, pues serán canceladas para siempre en la Confesión. Recuerda que el Señor es incapaz de alejar a una persona que vuelve a Él con el corazón sinceramente arrepentido. No es fácil encontrar a un buen director espiritual, puesto que es necesario que sea sabio, caritativo y prudente. Visto que vives en (...), te aconsejo que contactes a los Padres (...). He oído hablar muy bien de ellos. ¿Qué debes hacer por el momento? Intenta dedicar cada día un poco de tiempo a la oración, que es el oxigeno del alma. También es muy útil rezar el Rosario: debes efectivamente cultivar una gran devoción a la Virgen, que además de ser la Madre de Dios es también Madre nuestra e intercede por nosotros ante Dios.
Intenta hacer un poco de lectura espiritual cada día. A este propósito, te aconsejo leer "Las glorias de María" y "La Práctica de amor a Jesucristo" ambos escritos por San Alfonso María de Ligorio. Cada domingo debes de ir y asistir a la Santa Misa, la cual es la renovación incruenta del Santo Sacrificio del Calvario. Cuando te sientas sin ganas de ir, recuerda que deber hacerlo por agradar a Jesús. Él lo quiere. Desgraciadamente, con frecuencia hoy en día, las Misas se celebran mal y con muchos abusos litúrgicos, por lo tanto intenta frecuentar iglesias donde la Misa se celebre con devoción y sentido de lo sagrado. Intenta tomarte algunos días de vacaciones para seguir los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola organizados por el Instituto del Verbo Encarnado o por las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará. Estos ejercicios te darán un fuerte empuje en tu vida espiritual y te ayudarán a elegir el estado de vida que Dios tiene diseñado para ti.
Seguramente te habrás dado cuenta de que las cosas de la tierra no pueden satisfacer el corazón humano: trabajo, dinero, viajes, diversiones, amistades frívolas y todas las cosas mundanas no son más que vanidad de vanidades y pronto desaparecen. Debemos pensar sólo en vivir como buenos cristianos y en salvar eternamente nuestra alma, para poder ir al Cielo y amar a Dios para siempre. Éste es un momento importantísimo de tu vida, el Señor te está haciendo sentir el deseo de la conversión y de una vida cristiana más intensa. ¿Cuál es su proyecto para ti? Yo no conozco los secretos decretos divinos, pero te digo claramente que espero mucho que el buen Jesús pueda tomarte toda para Él en algún orden religioso observante. Una cosa es ser la esposa de un hombre en la tierra, otra muy distinta es ser la esposa de Jesucristo. Yo creo que las mujeres más felices de la tierra son aquellas que lo han abandonado todo para vivir unidas al Señor en algún orden religioso fervoroso. Los hombres de la tierra frecuentemente maltratan y traicionan a sus mujeres, mientras que Jesús da tanta alegría y paz interior a sus esposas fieles, eso es: a las que lo aman con un corazón entero sin divisiones.
Querida hermana en Cristo, nuestra vida en este valle de lágrimas es una continua batalla espiritual para salvar nuestra alma. Ten valor, con la ayuda de Dios y de la Virgen cada uno de nosotros puede lograr alcanzar la Patria Celeste. Debemos amar a la Santísima Trinidad con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas. Si no amamos a Dios, ¿qué hacemos es esta tierra? Tendría tantas cosas más que decirte, pero por el momento me paro aquí.
Espero haberte podido ayudar en algo, no dudes escribirme si tienes alguna pregunta que hacerme o también si sólo deseas un poco de ayuda y animo en tu vida espiritual.
Aprovecho la ocasión para enviarte mis más cordiales saludos en Jesús y María,
Cordialiter