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sábado, 26 de enero de 2013

Vida religiosa

Publico una carta que me escribió una lectora.

Hola!! :) Dios y la Virgencita lo o la bendigan por su blog, soy de Costa Rica estoy en acompañamiento vocacional en un convento apostolico que no es de extricta observancia, en mi corazón tengo un gran deseo de servir a los pobres, huérfanos y a la comunidad y a la iglesia, y predicar la palabra de Dios, solo que no estoy segura de si este tipo de orden es para mi, ya que me, llama mucho la atencion como viven en los monasterios contemplativos, pero aveces medito en la obediencia a Dios y en que la vocacion es un servicio y no lo q yo quiera pues deseo hacer, la voluntad de Dios sobretodo, y porque me gusta tambien el modo de como viven estas otras hermanas apesar de no ser contemplativas, ya que siguen a Jesus! Agradeceria su consejo y su oracion por mi.


Querida hermana en Cristo,
                                              soy italiano y no hablo bien el español. Estoy muy contento de saber que te sientes atraida por la vida consagrada y que te gustaría ser religiosa. En privado te he enviado algunos consejos.

 ¡Coraje, hay tanta necesidad de religiosas que busquen el bien de las almas y la mayor gloria de Dios! El enemigo del género humano hará de todo para que no elijas el estado de vida que Dios quiere para ti, pero debes resistir con ardor y combatir como un soldado valoroso. Espero que puedas elegir el estado de vida al cual Dios te llama. Para ser religiosa es necesario superar tantas dificultades, pero vale la pena.

Permanezco a tu disposición para cualquier otra consulta y aprovecho la ocasión para animarte en tu hermoso propósito de consagración religiosa. Te saludo cordialmente en Cristo Rey y en María, Mediadora de todas las gracias.

Cordialiter

sábado, 12 de enero de 2013

Salvado por la Virgen María

San Alfonso Maria de Ligorio cuenta en “Las Glorias de María”, el siguiente hecho que merece la pena ser divulgado lo más posible. Un día, mientras Santo Domingo estaba predicando en una ciudad francesa, le condujeron un hereje albigense, el cual había sido poseido por los demonios porque desacreditaba publicamente la devoción al Santísimo Rosario. Entonces Santo Domingo, en nombre de Dios obligó a los demonios a decir si eran cosas verdaderas las que predicaba en favor del Santo Rosario. Los espíritus infernales respondieron gritando que todo lo que Santo Domingo había dicho sobre la Virgen y el Rosario era verdad. Y agregaron que ellos no tenían ninguna fuerza contra los siervos de María y que en el momento de la muerte, muchas almas pecadoras se salvan invocando a la Beata Virgen. Finalmente dijeron que ellos habían sido obligados a decir que ninguna persona se condena si persevera en la devoción a María y al Rosario, porque María obtiene a los pecadores un sincero arrepentimiento antes de morir. Por lo tanto Santo Domingo hizo recitar al pueblo el Rosario, y ¡oh maravilla! a cada invocación a la Virgen, del cuerpo del hereje poseido salían muchos demonios en forma de carbones encendidos, hasta que terminado el Rosario, quedó completamente liberado. Delante de este hecho prodigioso se convirtieron muchos herejes.

viernes, 4 de enero de 2013

Consagrarse a Dios

Una joven italiana me ha escrito un hermosísima carta que ha intitulado “Consagrar mi vida a Dios”, y que quiero hacerles leer para vuestra edificación espiritual. Esta es la traducción:

Querido hermano,
                               Esta semana recibí una noticia maravillosa! En la dirección espiritual, mi director aceptó con alegría mi insistencia en consagrar mi vida al Señor. Me había aconsejado un poco de tiempo para discernirlo bien. En estos tres meses no falté un solo día a la Misa y recé con fervor para comprender que cosa quería el Señor de mí, de modo que pudiera cumplir Su voluntad del mejor modo. Ahora es clara en mí la conciencia de ser toda Suya. Jesucristo me ha seducido con Su extraordinaria belleza, con las palabras que cada día me da por medio de la Santa Misa, me ha conquistado con la comunión, ha tomado posesión de mi corazón y de mi alma. Y día a día me corteja, de mil modos. Poco a poco sustituye mi fragilidad humana y mi grandísima miseria. El pone a prueba mi fidelidad, pero Sanatás tienta, en todos los modos, de insinuar en mí la duda. Sucede sobretodo durante la adoración Eucarística, el momento que espero con ansias, como la novia que corre hacia el enamorado para estar junto a él. Busca destruirme con la sospecha de que son mis deseos, que yo soy muy estúpida y débil para poder unirme a Jesús consagrándole mi vida. Pero el Buen Dios conoce nuestro corazón y nuestra fragilidad y no nos prueba más allá de nuestras fuerzas. Con Su gracia, vuelvo a levantarme, más fuerte que antes y más convencida. Por lo tanto comprendo que la prueba es una gracia que el Señor nos concede, porque estrechando su mano y mediante Su fuerza, nos unimos más fuerte que antes. Me enamoro de El cada día más. Por la mañana lo siento muy cerca como solo un enamorado lo puede hacer. Me llena de atenciones durante todo el día, me invade su ternura cada vez que pienso en El y pronuncio su dulcísimo nombre. Por lo tanto, te estarás preguntando cual sea la buena noticia: le he dicho a mi director espiritual que no podré estar por mucho tiempo en el mundo, por lo tanto solicitaba la fundación del nuevo orden, del cual hablábamos. Y él me ha dicho que antes del verano iniciarán los trabajos de construcción de la Iglesia en el centro de [...] y allí surgirá el monasterio. La Madre Celeste le hará comprender como quiere que sea esta Orden. Soy tan felíz que no puedo estar en mí, literalmente: mi alma parece que quiere tomar vuelo hacia la patria celeste. Por el momento nadie conoce mi vocación, solo mi director y la amiga de la cual te hablaba, también ella, llamada a la vida consagrada.

Mi madre ha comenzado a sospechar algo, pero todavía no le he dicho una palabra sobre el asunto. Hace algunos días atrás, ella me preguntaba qué cosa eran estos secretos que tengo con el Padre A., viendo que desde hace tres meses hablamos más seguido. Me preguntó si quería hacerme religiosa, le sugerí de preguntárselo a Dios. Ella está haciendo mi mismo camino de fe, con la diferencia que siempre ha estado cerca del Señor y gracias a sus oraciones Dios me ha atraido a Sí. Además siempe deseó un hijo sacerdote, por lo tanto me esperaba una reacción muy diversa. Me dijo que no debo hacerme religiosa (cuando la gente habla de “hacerse religiosa o monja” lo hace de modo despectivo); que yo tengo que tener una familia, que no soy capaz de vivir encerrada y que a Dios lo puedo amar también así. Esperé que se fuera, para esconder las lágrimas. No le he dicho una sola palabra de mi asunto, pero ahora temo el día que deberé hablarles a los míos. Mis amigos seguramente se me reirán en la cara y me darán la espalda, los parientes no comprenderán y me tomarán el pelo. Quizá Jesús lo quiere así. Soy una persona muy sensible y no soporto el experimentar dolor por cada estupidez, pero con Jesús estoy dispuesta a enfrentar todos los adversarios. Si El me quiere como esposa, nadie en el mundo podrá oponerse a Su voluntad.

Por mí y por este proyecto de vida, te pido tantas oraciones. Lo recompensaré ciertamente.

Un gran saludo en Jesús y María,
(carta firmada)